**Puedes acceder a nuestro podcast «Psicología, Educación y Ciencia«, haciendo click en cualquiera de los siguientes enlaces de iVoox, iTunes o Spotify. Ya está disponible el primer capítulo, en el que hablaremos sobre la gestión emocional del coronavirus en la infancia y adolescencia.
Desde que comenzamos el confinamiento con el objetivo de frenar la curva de contagios de Coronavirus en España, en ALFA Psicología infantil hemos hecho un gran esfuerzo por atender las inquietudes de todas las familias que nos han consultado. También hemos centrado nuestra actividad en ofrecer actividades y recursos infantiles para llevar a cabo con materiales que fácilmente podemos encontrar en cualquier casa, y hemos publicado una guía con indicaciones para sobrevivir al confinamiento con niños.
En este contexto, uno de los aspectos sobre los que más solemos tratar con las familias está relacionado con la situación emocional de los más pequeños de la casa. La premisa de la que partimos para comenzar a hablar de gestión emocional es la siguiente: es importantísimo que los niños expresen sus emociones.
Una parte fundamental del proceso de gestión y regulación de las emociones es la expresión de las mismas. Precisamente, de la expresión emocional depende -en buena medida- el procesamiento que hacemos de las experiencias que vamos viviendo. El momento que estamos viviendo actualmente es excepcional, y debemos procurar que los niños y niñas no lo vivan de forma negativa o que pueda causar un estrés difícil de gestionar para ellos.
Desde el ámbito familiar podemos favorecer un entorno de diálogo y escucha activa. Para ello, necesitamos disponer de algún momento de tranquilidad con ellos, preguntarles, interesarnos por ellos y por lo que piensan y sienten sobre la situación actual. A veces nos damos cuenta de que algo no va bien observando su comportamiento, si están más irritables, más desobedientes o nerviosos, pero no siempre dan muestras tan fácilmente visibles.
En primer lugar, debemos tener en cuenta que las madres y los padres sois modelos de comportamiento para vuestros hijos, por lo que podemos comenzar entrenando nuestra propia conciencia emocional. Para ello, haremos un ejercicio para reflexionar sobre nuestras propias emociones; nos vamos a preguntar: “¿Cómo me siento en este momento? ¿Por qué me siento así´? ¿Cómo estoy manifestando lo que estoy sintiendo?”.
También es importante que verbalicemos nuestras propias emociones en familia, esto enriquecerá su vocabulario emocional y daremos ejemplo. Se ha demostrado científicamente que, cuando los padres son más competentes a nivel emocional, los hijos obtienen numerosos beneficios a nivel académico, familiar, personal y social (Gottman, Hooven y Katz, 1994).
Si logramos crear una dinámica de comunicación, será mucho más fácil y efectivo el siguiente paso, que consiste en enseñarles a reconocer sus propias emociones y ayudarles a ponerles nombre. A continuación, es importante hablar con ellos sobre la causa de esa emoción, que traten de explicar qué ha provocado la aparición de esa emoción (nos adaptaremos a su edad o nivel de desarrollo, a veces podemos utilizar otro tipo de técnicas de carácter más lúdico, como el dibujo o la representación de esas situaciones con figuras o muñecos).
Un apunte importante que conviene resaltar ahora es que todas las emociones son legítimas y tienen una función, el objetivo, por tanto, no será anular las emociones que causen malestar. El objetivo será aceptar cada una de ella y saber gestionarlas y reconducirlas.
Os dejo algunas actividades que podéis realizar con ellos para trabajar este apartado desde casa:
En este capítulo, damos por hecho que en casa existen unas reglas y normas básicas de convivencia. Este apartado es fundamental. Si quieres que dediquemos un capítulo al establecimiento de normas y límites, indícanoslo en el apartado de comentarios o en nuestras redes sociales (Facebook o Instagram).
Una de las cuestiones que más me estáis preguntando durante estas semanas de confinamiento es cómo hablar con vuestros hijos sobre el coronavirus. En primer lugar, no esperes a que te pregunten sobre el tema, es conveniente que te adelantes y saques el tema en el contexto de una conversación y de forma natural. Aprovecha un momento del día en el que estén tranquilos y prestándote atención para comprobar lo que los niños han entendido sobre la situación.
Controla también -en la medida de lo posible y según su edad- la exposición a las noticias de los medios de comunicación, no conviene que se convierta en el centro de sus pensamientos ni exponerles a determinados contenidos, como noticias sobre los fallecidos o sobre el sufrimiento que provoca. Si tienen dudas sobre las noticias o lo que han escuchado o leído, ayúdales a resolverlas, que puedan comprender lo que está sucediendo. Pero siempre, transmite mensajes positivos, de esperanza y de calma. Además, haz hincapié en que se trata de una situación temporal. Además, te recomiendo ceñirte a los hechos.
Por otra parte, recuerda que para los niños de cualquier edad, quedarse en casa sin contacto con sus compañeros y profesores es una situación estresante. Por ello, necesitamos marcar unos horarios adecuados, organizados y que incluyan el tiempo libre, y trata de que haya diferencias o actividades especiales durante el fin de semana. Dentro de lo impredecible de la situación, podemos crear un entorno predecible para ellos.
Como señalé en el artículo de prensa hace unos días, debemos evitar caer en la tentación de utilizar la tecnología para calmar las sensaciones de malestar que podamos experimentar, así como para mitigar el aburrimiento o para manejar emociones calificadas como negativas. Los horarios de uso de la tecnología deben estar limitados. También podemos orientar su uso a la búsqueda de materiales y actividades para hacer en casa. Además, conviene facilitar a los niños el contacto con sus compañeros y amigos, quizá podamos utilizar videollamadas, teléfono, o incluso cartas.
Por último, es importante que los niños sepan que hay muchas personas trabajando para asegurarse de que este virus no enferme a mucha gente. Puedes indicarles los consejos que nos han dado los profesionales, incluso ver en Youtube algún experimento relacionado con el lavado de las manos y llevarlo a la práctica.
En este sentido y una vez más, los adultos debemos ser ejemplo de buena higiene. Que los niños nos vean lavarnos las manos con frecuencia, durante el tiempo recomendado y del modo que nos han indicado, favorecerá que ellos adquieran también estos hábitos. Indicarles también que eviten tocarse los ojos, la nariz y la boca. Si aprovechamos en este momento para fomentar estas rutinas y lo hacemos de forma adecuada, permanecerán para siempre.
Y si observas que está viviendo la situación con un malestar intenso, si le está causando dificultades en otros apartados de su vida, o si tú misma tienes dificultades para llevar todo lo anterior a la práctica, pide ayuda profesional. Este podcast ni cualquier otro material que puedas encontrar puede ni debe sustituir el consejo profesional.
En ALFA Psicología te atendemos a través de teléfono o videollamada, solo tienes que rellenar el formulario de contacto, y nos pondremos en contacto contigo en menos de 24 horas.
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Comparte con nosotros vuestras estrategias para hacer más fácil el confinamiento con niños en casa, seguro que para otras madres y padres puede ser muy útil.
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